viernes, 8 de agosto de 2014

Un Día en el Paraíso

 Autor: Ricardo Corazón de León

…yo tendría unos 24 años y estaba caminando por lima y resulta que cruzamos miradas con un muchacho que creo que tendría unos 30 años, estaba vestido muy formal y era muy atractivo, realmente me llamó la atención y me hizo voltear la cabeza para mirar y él hizo lo mismo, y al ver que yo había volteado se detuvo y me saludó con la mano.
Yo me detuve también y él se acercó, se presentó y se puso a conversar de una forma muy amena
Tenía 24 años y a esa edad uno no piensa mucho las cosas, la cosa es que me invitó a tomar algo, así que nos fuimos a un lugar cerca de allí.
Cabe señalar que yo todavía no había tenido ningún encuentro con alguien en la intimidad. Pero estaba interesado en vivir alguna experiencia
Así que estuvimos conversando y despertó mucho mi interés, era un hombre totalmente encantador, respetuoso, ameno, alegre, culto, realmente me había despertado mucho el gusto y me hizo la propuesta de ir a un lugar más discreto para poder conversar con más privacidad, así de sutil fue su invitación
La verdad es que me dio cierto temor, yo no conocía hostales, jamás había estado en uno en mi vida, salvo los hoteles cuando había viajado con la familia pero su encanto venció mi resistencia
Así que medio temblando de miedo me fui con él, que conocía un lugar. Parecía una casa, así que eso me dio cierta tranquilidad. Alquiló una habitación y nos encontramos solos por primera vez
Yo le comenté que nunca había estado con nadie en la intimidad y me parece que mi nerviosismo lo hizo darse cuenta que era cierto. La cosa es que me abrazó con mucha suavidad, me besó y me fue acariciando con mucha ternura.
Yo le dije que solo me gustaría tener un encuentro de abrazos y besos, él me dijo que respetaría lo que yo quería o no quería hacer así que estuvimos así un buen rato, besándonos y acariciándonos y luego el me pidió si nos podíamos quitar la ropa, lo hicimos ambos quedándonos en interiores. Nos recostamos en la cama y seguimos con los besos y caricias.
Luego me animé a quedarnos totalmente desnudos. Le dije que solo quería tener algo muy ligh y él accedió. Y fue un encuentro muy bonito, que nos agradó a ambos.
Al salir quedamos en encontrarnos al día siguiente porque él estaba muy deseoso que nos siguiéramos viendo
Así que quedamos a la misma hora en el mismo lugar

Pero como a veces sucede, al llegar a casa me enteré que un familiar muy cercano estaba agonizando y que íbamos a viajar al día siguiente temprano para poder llegar antes de su deceso
En ese tiempo no había el bendito celular, no habíamos intercambiado mayor información porque nos íbamos a volver a encontrar, así que no pude llegar a la cita, estuve como una semana fuera y cuando volví, durante varios días estuve recorriendo la misma calle a la misma hora, pero nunca más lo volví a encontrar
así es, pero me quedó el recuerdo de algo tan bonito
¿y no lo volviste a ver?-
nunca mas
esa es la historia más romántica que recuerdo de mi vida


Y yo le pondría por título: "un día en el paraíso"
Centro comercial Risso, donde esta Fabula sin moraleja ocurrio.